Sexo

Porno japonés senior

¿Hasta qué edad puede un hombre seguir follando? En Japón hay un valeroso abuelo que utiliza su propio cuerpo para responder a esta pregunta. Su nombre es Shigeo Tokuda, es actor en producciones pornográficas y cuenta 74 años de edad. A menudo protagoniza películas cuya acción transcurre en hogares para la tercera edad: “abueletes salidos se trajinan a sus cachondas cuidadoras” y cosas por el estilo. Francamente, no tenemos ni idea de a quién puede interesar ver estos films si no es por echarse unas risas.

En fin, eso no importa. Lo que de verdad nos interesa es encontrarnos con este intrépido y geriátrico invasor de chuminos y hacerle unas preguntas acerca de su venerable titola.

Las imágene son de Tit-lover Old Man Kameichi and His Horny Pranks (Glory Quest), algo así como ‘Kameichi, el viejo pillado con las tetas, y sus cachondas travesuras’

Videos by VICE

Vice: ¿Podría decirnos cuánto tiempo lleva trabajando de actor porno y en cuántas películas ha participado?
Shigeo Tokuda:
¿Qué clase de papeles interpretas? ¿Con qué frecuencia trabaja? ¿Cómo empezó en esta industria? ¿Hay muchos actores ancianos en esta industria? ¿Sabe su familia a qué se dedica? ¿Tuvo problemas con su familia la primera vez que les habló del tema? ¿Algún miembro de su familia ha visto sus películas? ¿Son las actrices con las que trabaja mayores o jóvenes? ¿Emplea alguna técnica para mantener la erección en las pausas entre tomas? ¿Son reales sus penetraciones?

Imágene son de Tit-lover Old Man Kameichi and His Horny Pranks (Glory Quest)


¿Sin goma? ¿Y no teme contraer alguna infección?
No estoy seguro de que lo que voy a decir sirva para cada persona, pero la mayoría de actores y actrices pasan controles sanitarios regularmente. En algunos rodajes incluso hay que presentar pruebas de que estás limpio. Puede que sólo sea una formalidad, pero mi impresión es que en la mayoría de rodajes la gente está muy sensibilizada con este tema. Yo, personalmente, jamás he contraído ninguna infección practicando el sexo.

¿Alguna vez ha tomado Viagra para rodar una escena?
La he probado en alguna ocasión, cuando un director me ha ofrecido. Sólo tomé la mitad, quizá un cuarto, y eso fue hace seis años. Funcionó, pero perdí interés a nivel mental. Pude mantener la erección largo tiempo aunque tuviera la cabeza en otras cosas. Así que, sí, puedo decir que he probado la droga, aunque debo insistir en que sus efectos en mí dependen totalmente de la pareja con la que deba actuar.

¿Cuál es su postura favorita?
Me gusta que la chica se ponga encima y tome la iniciativa. No me gusta ser yo quien tome el papel activo, y además resultaría un poco extraño dado que sería totalmente opuesto a los roles que interpreto.

¿Qué le motiva a seguir trabajando en el porno a su edad?
Como decía antes, me gustan los films que están estructurados como episodios de una serie de televisión. Esto es en parte porque siempre he deseado ponerme en la piel de toda clase de personas diferentes. Así que mantener sexo con alguien no es realmente lo que me motiva. Sigo trabajando en esta industria no porque me guste aparecer en películas para adultos, sino porque me da la oportunidad de transformarme en otras personas. Eso es lo que me atrae, más que alardear de mi capacidad actoral. En consecuencia, la mayor parte de los films en los que actúo tienen una trama y una narrativa.

¿Qué es para usted lo más importante que hay que tener trabajando en esta industria?
Creo que lo más importante es conservar la buena salud. En ocasiones tengo que aparecer caminando en pleno invierno vestido sólo con un ligero kimono de verano, o llevando un montón de ropa en verano. La temporada del año en que se sitúa una película puede ser completamente distinta a la temporada en la que la película se está rodando; por tanto, encuentro muy importante vigilar mi salud día a día. Siempre me han gustado las actividades al aire libre y por eso creo que me conservo mejor que muchas personas de mi edad. También puede deberse a los días en que me dedicaba a escalar montañas, gracias a eso soy capaz de adaptarme rápidamente a diferentes climas. No transpiro mucho en verano y no noto mucho el frío en invierno. De hecho, suelo caminar descalzo. No sé a ciencia cierta si mi cuerpo ha aprendido a adaptarse o es que no soy susceptible a estas cosas por mi propia naturaleza. Tal vez sea una habilidad innata. Otra cosa que tengo presente en los rodajes es la importancia de comunicarme con el equipo y con los otros actores porque, al final, todo consiste en establecer buenas relaciones, conectar unos u otros.

Seguro que tiene cosas interesantes que contar sobre sus experiencias en rodajes.
Hace cinco años participé en un porno dramatizado titulado Japón Durante la Gran Guerra Asiática. Mi papel era el de responsable de una comunidad municipal que tiene que ocuparse de evacuar a todo el vecindario porque van a caer las bombas; me encuentro con una chica enferma a la que han dejado atrás, la cargo sobre mi hombro y me la llevo a un refugio, y una vez allí practicamos sexo. Para mí fue un rodaje memorable porque las condiciones que se dieron durante la guerra me son familiares. La película me dio la oportunidad de rememorar esa época.

¿En su opinión, como se vive el sexo hoy en día en Japón?
Empecé a aprender sobre el sexo en el período de posguerra, cuando no teníamos nada. Todo el mundo estaba tan centrado en vivir, en estudiar, graduarse y trabajar que ni yo ni mis compañeros de clase estábamos muy interesados en el sexo. Para mi generación, la cuestión sexual consiste en recuperar aquellos sueños perdidos de nuestra juventud. La Sociedad actual es más abierta en lo referente a la pornografía, y eso creo que es bueno, pero personalmente creo que el sexo debería ser algo más austero. Me refiero a que debería verse como la comunión física entre dos personas. Sé que esto parecerá gracioso diciéndolo alguien con un trabajo como el mío, pero sinceramente así lo creo. Me gustaría tener una conexión más profunda, una conexión entre dos seres humanos, con aquellas chicas con las que fornico.

¿Cuáles son sus ambiciones de cara al futuro dentro de esta industria?
Cumplí 74 años el pasado agosto. Obviamente me va a resultar difícil seguir trabajando en esto las décadas venideras. Quizá me gustaría producir algún día mi propia película, un trabajo conmemorativo de mi carrera. Estaría basado en mis propias preferencias sexuales, así que no creo que fuese muy popular a nivel comercial. Cada persona tiene sus propios gustos, y lo que yo querría en mi película es expresar los míos. Probablemente sólo un contado grupo de personas apreciaría el film.

¿Qué es exactamente lo que tiene en mente?
Aún no tengo claros los detalles, pero estaría basado en mi idea de que, en los vídeos, todo se basa en los movimientos para dar sentido a las imágenes. Yo no creo que las intenciones del creador se expresen siempre adecuadamente a través del movimiento. Dicho esto, sería aburrido para el espectador sentarse a contemplar una imagen fija, sin personas moviéndose. Por tanto se necesita algo de movimiento para que el vídeo le resulte interesante al público. En mi caso es justo al contrario, me resulta más gratificante ver en pantalla una imagen fija. Como una fotografía pero en formato vídeo. Mi sueño es crear una forma de pornografía que provoque emociones mediante imágenes fijas. Esto es sólo un proyecto personal y no necesita tener un público. Lo haría para mí, para sentirme satisfecho a un nivel personal. Todavía debo acabar de perfilarlo, así que no es probable que vea la luz en un par de años, como mínimo.

Usted planea continuar en la pornografía hasta el último día, ¿verdad?
Seguro. Ahora mismo no padezco ninguna enfermedad, así que seguiré cuidándome e intentando seguir en activo, al menos, hasta los 80 años [risas].

ENTREVISTA Y FOTO DE TOMOKAZU KOSUGA